Varios alumnos, profesores, antiguos alumnos y familiares, participan este año en el Camino de Santiago con el Colegio Salesianos de La Almunia.
Por Redacción La Almunia
El pasado 8 de julio, los participantes del colegio Salesianos de La Almunia, salieron de Zaragoza a las 22:50 en tren hacia Sarria, a donde llegaron a las 09:30 para comenzar su andadura en el Camino de Santiago.
El primer día, 9 de julio, tras ir a recoger la credencial al Monasterio de la Magdalena, comenzaron esta aventura 11 valientes. Por el camino se encontraron con otros peregrinos, y disfrutaron de un bonito paisaje que hizo aún más agradable la travesía. En el albergue de Ferreiros degustaron el menú del peregrino, y después tocaba descansar los 16 Km realizados.
El día 10, se levantaron a las 6 y empezaron a andar a las 6:45. La primera parte de la jornada discurrió entre la niebla. A las 11 hicieron una parada en PortoMarín para almorzar y coger fuerzas; la segunda parte, con sol y una temperatura de unos 28 grados. Ayudaron a una ciclista a la que se le había salido la cadena, a un peregrino que no llevaba comida dándole chocolate y barritas. Pasaron por los restos de un poblado celta, Castromaior, y practicaron inglés con otros peregrinos. A las 17:00 llegaron a su destino, y cenaron a las 18:30. Después, hicieron la colada y se relajaron en el albergue.
El día 11, realizaron la etapa más larga: 27 Km, una etapa bonita, con mucha sombra y poco desnivel, pero en la que el cansancio se iba acumulando, apareciendo algún problemilla en los pies. Conocieron a otros peregrinos con los que convivieron durante parte de la etapa, como una señora de 87 años de Córdoba que viajaba con su sobrina de 14, una familia de Cartagena con 2 hijos… Al final, degustaron pulpo en una de las muchas pulperías de Melide.
La etapa del día 12, fue dura por los metros acumulados durante los días anteriores, y por las continuas subidas y bajadas en el camino. Pero como había mucha sombra se hizo muy ameno. El cansancio en las piernas se acumulaba, pero al final esperaba Boni con su alegría y su forma de ser para hacer la estancia más agradable en su albergue. Toda la dureza de la etapa tuvo su recompensa con una buena cena gallega y un buen descanso.
La etapa del día 13 fue menos dura, 18 km. Tuvieron sombra y sobre todo mucha ilusión por la cercanía de Santiago. Como siempre, se levantaron a las 6 y a las 7 empezaron a andar. Fue una etapa con mucha alegría, cantando, disfrutando de la compañía de otros peregrinos, y con lluvia, por lo que usaron por primera vez los chubasqueros. Disfrutaron al final de la etapa de una buena comida gallega, y convivieron en el albergue junto a otros 30 peregrinos. En esta localidad, en el río, se lavaban los peregrinos para llegar limpios de espíritu y corporalmente a Santiago. La mente estaba ya en la siguiente etapa, en la llegada a Santiago.
La última etapa, día 14, empezó con la ilusión y sentimientos acumulados durante los días anteriores. Fueron solo 10 km, en los que pudieron ver en la lejanía la catedral de Santiago desde el monte do Gozo, y ya podían sentir el final del camino.
Cuando llegaron a Santiago, la alegría iba en aumento. Al llegar a la plaza del Obradoiro, no pudieron reprimir las lágrimas, los gritos, y sobre todo los abrazos que se dieron con sinceridad, con compañerismo, con los recuerdos de los momentos vividos. Fueron unos momentos inolvidables que solamente se podrían entender estando allí. Participaron en la misa del peregrino en la Iglesia de San Francisco, y los sentimientos volvieron a salir, apareciendo otros nuevos. Al salir de la misa con todos los peregrinos, nuestros chicos y chicas, contagiaron alegría a muchos de ellos cantando y uniendo sus cantos a los de nuestros alumnos.
Después, fue tiempo de descanso, de comer y de perderse por Santiago callejeando, y abrazar al apóstol Santiago en la catedral, la cual está en obras. Para descansar y dormir estuvieron en el centro juvenil Salesiano, donde los acogieron muy bien.
Al final ha merecido la pena el esfuerzo realizado, por resultado obtenido. Ahora toca pensar en el año que viene.
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